Desde los comienzos de ‘La Era Digital’ también conocida como ‘La Era de la Información’, el desarrollo de nuevas y más complejas tecnologías han estado en aumento constante. Con la introducción al mercado de la computadora personal en los años 70 se abrió una puerta, que dio paso a un desarrollo vertiginoso en la industria de la tecnología, hasta llegar a los equipos electrónicos que utilizamos hoy día. Pero ¿qué ocurre con los millones de computadoras, tabletas y celulares que ya no son el último modelo y que por consiguiente nadie quiere?
Terminan siendo… basura.
La mayoría de toda la basura electrónica está compuesta por dispositivos personales, tales como: computadoras, monitores, tabletas, televisores y smartphones (teléfonos inteligentes). Estos se han convertido en una amenaza significativa a través de los años, sumando un total de 50 millones de toneladas de desechos electrónicos anuales, según un estudio realizado por el programa PNUMA de las Naciones Unidas. El mismo demostró, que la mayoría de esta basura electrónica no llega a procesarse a través de un sistema de reciclaje adecuado, pudiendo representar hasta el 70% de los residuos peligrosos que terminan en vertederos.
Se estima que el volumen de desechos electrónicos vaya en aumento y alcance unos 74.7 MT para el 2030; casi el doble en 16 años, desde el 2014. Una cifra preocupante no solo para el bienestar ambiental, sino también para la salud de los seres humanos y futuras generaciones.
¿Por qué te debe importar?
Como idea clave, según una publicación de BBC News, un solo tubo de luz fluorescente puede contaminar hasta 16 mil litros de agua; una batería níquel-cadmio de las empleadas en telefonía móvil contamina 50 mil litros de agua; mientras que un televisor puede contaminar hasta 80 mil litros de agua.
Sustancias como el mercurio, plomo, cadmio, arsénico, antimonio y cromo son materiales con altos niveles de toxicidad presentes en electrónicos que amenazan directamente el bienestar de nuestras comunidades y territorios.
En caso de ser descartados de forma irresponsable, estos podrían encontrarse en nuestros sistemas de agua y eventualmente contaminar nuestro sistema de cadena alimentaria por medio del ganado, pescados y el cultivo. Lo cual puede generar en los seres humanos daños en el cerebro, el sistema nervioso, sistema circulatorio, alteraciones en la reproducción y hasta llegar a provocar infertilidad.
¿Hay solución?
A pesar de la complejidad de los equipos electrónicos y su riesgo a la salud humana, los elementos que estos contienen pueden recuperarse, reciclarse y usarse como materia prima secundaria para nuevos productos; lo que ayuda a disminuir la explotación de materiales vírgenes en los recursos naturales.
Pese a que los electrónicos estén obsoletos o dañados, la versatilidad de los materiales que los componen hace que tengan un valor añadido, más allá del funcionamiento principal del equipo en sí.
De los más de 60 elementos de la tabla periódica que se encuentran presentes en los electrónicos, hay metales preciosos de alto valor como lo son: el oro, plata, cobre, platino, hierro y aluminio, por mencionar algunos. Haciendo de estos equipos electrónicos una fuente de metales preciosos recuperables con alto nivel monetario, a pesar de los límites que existen por mercado.
En tan solo el 2016, se desecharon más de 400,000 toneladas de celulares. Los cuales tuvieron un valor aproximado de más de 9,500 millones de dólares, según un estudio de la ONU.
Si se reciclan todos los equipos electrónicos de manera correcta y responsable, estos pudiesen sobrepasar los 55 mil millones de dólares y convertirse en una fuente de ingreso con alto nivel económico para el mundo, abriendo paso a una fuente inestimable de riqueza.
Europa y Asia lideran el movimiento de regulaciones ambientales relacionadas con el reciclaje de equipo electrónico en el mundo. A pesar de que sí existen algunas regulaciones en América, todavía queda mucho trabajo que hacer.
La mejor manera de aportar y salvaguardar a nuestras comunidades en pro de nuestra salud, es comenzando con acciones simples pero poderosas. Haga una búsqueda por internet de centros especializados en reciclaje de electrónicos, tenga listos sus equipos y descarte los mismos de manera responsable y consciente, una vez ya no les tengan uso. Incluso puede hacer un recogido en su círculo familiar o en su comunidad, y ayudar así a otros a descartarlos de forma adecuada.
Está en todos generar un impacto opuesto al actual y tomar acción responsable en el manejo de estos equipos. No solo es un beneficio para el planeta, sino para nuestras comunidades y la economía de nuestro país.